Federico Delgado Montiel fue un artista sevillano cuyas vida y obra, marcadas por estancias en diferentes lugares, reconocimientos, etc., hicieron de este artista una figura clave en el panorama artístico de su tierra natal.
Delgado Montiel cursó estudios en la Escuela de Artes y Oficios, en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, así como en Inglaterra e Italia. Formó parte de grupos como La Joven Escuela Sevillana y el Grupo Itálico. Gracias a la beca Josephine Von Karman se marchó a principios de los sesenta a estudiar a la Arts Students College de Nueva York, lugar en el que residió catorce años. En esos catorce años, expuso sus obras en diversas galerías de la ciudad, así como en otras ciudades como Massachussetts o Washington y fundó su propia galería en el neoyorquino barrio de Brooklyn, Delgado's Art Gallery. En 1975 volvió a Sevilla y fundó el grupo artístico Grupo Mayo. Asimismo, se introdujo en la enseñanza consiguiendo una plaza de profesor de dibujo en secundaria. Se trasladó con posterioridad a Málaga, Cádiz y Huelva como catedrático del Instituto Alto Conquero.
Este amplio currículum es solo una idea superficial del largo camino profesional de Delgado Montiel que siguió siendo hasta su fallecimiento en el año 2016 miembro de la National Society of Painters in Casein and Acrylic. Su obra, difícilmente clasificable, es el resultado de la formación, la evolución y la continua reinvención de este complejo artista.
Delgado Montiel describía su propia obra como extraña, seguramente porque aún nadie ha podido llegar a clasificar o entenderla dentro de los ismos propios de los movimientos artísticos: impresionismo, abstracción, figuración, expresionismo abstracto, etc., los críticos la han intentado enmarcar en todos y cada uno de ellos. Su trabajo tiene algo de extrañeza pero de una extrañeza revolucionaria. En efecto, los rasgos son inconfundibles y se traducen en un atrayente despliegue de rugosidades y relieves que evocan papeles y telas y se presentan en su densa y compacta disposición creando gratos efectos visuales derivados de cuidadas matizaciones.
La técnica depurada de su constante investigación puesta al servicio de su sensibilidad y creatividad fue sinónimo de un trabajo genuino e intemporal. Delgado Montiel se expresaba con igual facilidad tanto a través del lenguaje figurativo como abstracto, siendo el último más polémico y más intimista. Su estancia durante años en Estados Unidos en la época del expresionismo abstracto americano marcado por artistas como Rothko, Pollock, etc., influenció seguramente al artista español inmigrado allí.
En noviembre de 2010 creó la Fundación Delgado Montiel con el fin de fomentar y difundir el conocimiento artístico y la conservación de su propio legado. El 28 de julio de 2016 falleció en la ciudad que lo vio nacer a los 87 años, tras una larga vida dedicada enteramente al arte.
Delgado Montiel cursó estudios en la Escuela de Artes y Oficios, en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, así como en Inglaterra e Italia. Formó parte de grupos como La Joven Escuela Sevillana y el Grupo Itálico. Gracias a la beca Josephine Von Karman se marchó a principios de los sesenta a estudiar a la Arts Students College de Nueva York, lugar en el que residió catorce años. En esos catorce años, expuso sus obras en diversas galerías de la ciudad, así como en otras ciudades como Massachussetts o Washington y fundó su propia galería en el neoyorquino barrio de Brooklyn, Delgado's Art Gallery. En 1975 volvió a Sevilla y fundó el grupo artístico Grupo Mayo. Asimismo, se introdujo en la enseñanza consiguiendo una plaza de profesor de dibujo en secundaria. Se trasladó con posterioridad a Málaga, Cádiz y Huelva como catedrático del Instituto Alto Conquero.
Este amplio currículum es solo una idea superficial del largo camino profesional de Delgado Montiel que siguió siendo hasta su fallecimiento en el año 2016 miembro de la National Society of Painters in Casein and Acrylic. Su obra, difícilmente clasificable, es el resultado de la formación, la evolución y la continua reinvención de este complejo artista.
Delgado Montiel describía su propia obra como extraña, seguramente porque aún nadie ha podido llegar a clasificar o entenderla dentro de los ismos propios de los movimientos artísticos: impresionismo, abstracción, figuración, expresionismo abstracto, etc., los críticos la han intentado enmarcar en todos y cada uno de ellos. Su trabajo tiene algo de extrañeza pero de una extrañeza revolucionaria. En efecto, los rasgos son inconfundibles y se traducen en un atrayente despliegue de rugosidades y relieves que evocan papeles y telas y se presentan en su densa y compacta disposición creando gratos efectos visuales derivados de cuidadas matizaciones.
La técnica depurada de su constante investigación puesta al servicio de su sensibilidad y creatividad fue sinónimo de un trabajo genuino e intemporal. Delgado Montiel se expresaba con igual facilidad tanto a través del lenguaje figurativo como abstracto, siendo el último más polémico y más intimista. Su estancia durante años en Estados Unidos en la época del expresionismo abstracto americano marcado por artistas como Rothko, Pollock, etc., influenció seguramente al artista español inmigrado allí.
En noviembre de 2010 creó la Fundación Delgado Montiel con el fin de fomentar y difundir el conocimiento artístico y la conservación de su propio legado. El 28 de julio de 2016 falleció en la ciudad que lo vio nacer a los 87 años, tras una larga vida dedicada enteramente al arte.